Las sustancias activas de las setas mágicas y trufas negras melanosporum frescas mágicas permanecen en la sangre entre 24 y 48 horas después de la ingestión. Lo cierto es que en el Moncayo y su entorno se pueden encontrar diferentes tipos de bosques: carrasca, robles, pinares, hayedos, abedules y pinos negros que favorecen el nacimiento de setas y hongos. Desde hace años grupos de amigos y familias se desplazan para "buscar setas" Los más conocidos de todos: robellones o Lactarius deliciosus, los deliciosos tipos de boletus, las setas de enebro, trompeta de los muertos. En los años 80 se crean las primeras empresas que cultivan y venden sus propias plantas. Al año siguiente, en Litago, siempre asesorado por dos expertos en Producción Vegetal y Alimentaria como Ignacio Palazón y Juan José Barruiso, plantó cien plantas micorrizadas, mitad roble y mitad carrasca. La trufa es un hongo subterráneo que vive en la raíz de algunos árboles como la carrasca, el nogal o el roble. La apuesta por la trufa en el Moncayo fue iniciativa de Eloy Martínez Villalba, de Vera de Moncayo. Eloy Martínez se ha convertido en uno de los mejores conocedores de trufa de la provincia de Zaragoza.
Se puede comprar y consumir trufa en las temporadas de invierno y de verano. El investigador Juan José Barriuso (CITA), en unas declaraciones en Aragón Digital, ha señalado que "la comarca del Moncayo es una de las que más posibilidades tiene para convertirse en una nueva zona de producción de trufa negra de invierno de primer orden, dado que todavía se pueden poner en cultivo grandes áreas en las que se dan las condiciones óptimas para recolectar el hongo". Su aspecto, tamaño y aroma dependen de la época del año, de las condiciones meteorológicas y de humedad. En contacto con huevos crudos con cáscara y con arroz también sin cocinar, les transmite su aroma y su sabor. Y, por supuesto, dependiendo de dónde se cultiven las trufas al por mayor, pueden tener sabores ligeramente diferentes: el suelo, la temporada de cosecha y la región pueden influir en el sabor. Resp: Las trufas son el fruto de hongos pertenecientes al género Fresco Tuber Borchii, y estas crecen bajo la superficie del suelo, normalmente entre 10-15 cm aunque en algunas ocasiones pueden encontrarse hasta 35 cm. Seguir revolviendo hasta alcanzar la temperatura de temperado deseada: entre 31° y 32° C para chocolate negro o entre 29° y 30° C para chocolate con leche o blanco.
Pon los trocitos de chocolate blanco en un tazón. Luego, sumergir estas bolitas en el chocolate derretido y colocarlas encima de una bandeja con papel parafinado o vegetal para que no se peguen. Rellenamos unas cápsulas de chocolate con trufa elaborada con un vino fuerte y oloroso, y una cobertura (chocolate) de leche. Es uno de los hongos que se puede comer incluso crudo, en FAÚNDEZ Gourmet ofrecemos la trufa negra fresca, perfecta para incluir en recetas de excelencia gastronómica. Brillat-Savarin, en su tratado "Fisiología del Gusto" (siglo XVIII): "Las trufas son pesadas e indigestas, como hemos dicho, y de aquí tener sus detractores; pero en realidad no son malas sino para los NO SABEN COMER. Las trufas negras son un hongo subterráneo. Ambos son utilizados para elaborar, pastas, tabletas, manteca y toda clase de alimentos, sin embargo el cacao es más común que se consuma puro y amargo, mientras que la cocoa se aprovecha para preparar la mayoría de los chocolates y postres que todos amamos. 3. Vierta el cacao en polvo sobre una hoja de papel encerado. 6. Meter en una manga y escudillar sobre una bandeja forrada con un papel de horno. El buque estaba unido al muelle por una pasarela y todos podían entrar en él.
A través de él se han podido degustar variados platos elaborados con los productos turolenses, por el chef de prestigio Adrián Mancheño, de la cadena de restaurantes Hispania, ubicados en Londres, Vietnam y Bruselas. Por supuesto, los restaurantes de San Martín están especializados en la cocina de setas. Al final, por supuesto, el coste total también es decisivo. Un agricultor puede vivir con unas 6 ha unas 2000 plantas con total tranquilidad. El descubrimiento del cultivo de la trufa se produjo en Francia de forma casual, en 1815 aunque no fue hasta la década de 1960 cuando se obtuvieron las primeras plantas inoculadas con trufa. Durante estos años se han puesto en cultivo miles plantas que tardan entre 7 a 10 años en dar sus primeros frutos. Bécquer contaba que en los bosques del Moncayo vivían algunos personajes pequeños y saltones que llama gnomos. Pocos espacios naturales como el Moncayo y su entorno pueden presumir de atesorar tanta riqueza. Aunque hay actividades micológicas en muchos pueblos del Somontano del Moncayo como Litago, Añón o Vera de Moncayo, San Martín se ha convertido en la capital de las setas moncaínas. El estudio confirmó que había varias zonas truferas en la comarca: en El Buste, Vera de Moncayo, Trasmoz, Litago, Tarazona, Grisel y Añón del Moncayo.